martes, 19 de mayo de 2009

Desafío de la Enseñanza de la ET

De acuerdo con el enfoque propuesto por los NAPs y la Serie Cuadernos para el Aula, podemos decir que este desafío consiste en:

Ofrecer a los alumnos oportunidades para que tomen contacto con los modos de pensar y actuar propios del quehacer tecnológico. Es decir que tiendan a desarrollar un pensamiento estratégico que le implique:
-Identificar y analizar situaciones problemáticas.
-Proponer y evaluar alternativas de solución.
-Tomar decisiones para crear o seleccionar sus procedimientos y diseñar sus propios productos.

De esta manera se intenta resignificar el lugar en la escuela del “SABER HACER” relacionado con la resolución de problemas de diseño, de producción y de uso de tecnologías.

Enseñar Tecnología para Todos sobre la base de Aprender a Aprender supone pensar al área Tecnología aportando al desarrollo de capacidades para conocer y comprender la realidad, para intervenir en ella y, de este modo, seguir aprendiendo. De este manera se estará ayudando al incremento del capital cultural de la sociedad, independientemente de los estudios que sigan los alumnos más allá de la Educación General Obligatoria y favoreciendo la Educación Permanente.

Enseñar a mirar la tecnología

Pero la práctica de la enseñanza de la Educación Tecnológica no puede (ni debe) ser considerada únicamente como un trabajo en el que los alumnos “inventan” sus productos como un resultado de su ingenio y creatividad.

Las personas seleccionan alternativas de solución y las adecuan para resolver sus propios problemas, a partir de soluciones o “ideas” adoptadas para la solución de determinados problemas. Es decir que son "capaces de abstraer de situaciones particulares propiedades generales y transferirlas a otros contextos". Esta capacidad de abstraer que debe tener el alumno debe ser otra de las finalidades principales de la Educación Tecnológica. Para que se produzca tal situación debemos proporcionarles a los alumnos situaciones de enseñanza que le enseñen a “mirar” la realidad técnica que lo rodea y poder abstraer de ella las generalizaciones anteriormente citadas.

Las actividades de enseñanza deberán ser de distintos tipos (lectura y escritura de textos, debates, búsquedas bibliográficas, visitas a diferentes tipos de establecimientos productivos o museos, observación de videos o consultas en Internet, diferentes técnicas de análisis o la realización de ensayos y ejercitaciones) y deberán estimular la búsqueda de analogías para reconocer los aspectos comunes de situaciones técnicas diferentes.

Veamos un ejemplo. Cuando se analizan las operaciones para la elaboración de un producto, como puede ser la de “dar forma a la masa cuando se elabora el pan”, los alumnos identifican el tipo de operación, reconocen las características que tienen los materiales que se transforman, los procedimientos que se llevan a cabo, los medios técnicos (herramientas) que se usan y el rol de las personas que intervienen. Si después se les propone analizar la misma operación en otro proceso de elaboración diferente, por ejemplo “dar forma a un metal cuando se fabrican monedas”, podrán inferir similitudes entre las técnicas que se emplean en ambos procesos y diferencias debido a las características de los nuevos materiales y del tipo de producto a obtener. Estas situaciones les permitirán a los alumnos superar el contexto particular y alcanzar un cierto grado de generalización de los conceptos involucrados que se están estudiando.

¿Te animas a reconocer cuáles son los alcances y enfoques de los contenidos de enseñanza propuestos por la Serie Cuadernos para el Aula para el Segundo Ciclo?

La seguimos en clase...............Chauuuuuuu.

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